¿Cuantas
veces hemos repetido eso de “el miedo va a cambiar de bando”? Y
¿quien nos iba a decir que la cosa venía tan rápida?
Nos
encontramos en medio de un panorama con fechas más que sonadas, con
fechas que ya han hecho historia. Cada huelga y cada lucha sindical
ha marcado el devenir de este 2014, las marchas a Madrid, donde más
de dos millones de personas inundamos las calles como símbolo de
fuerza y dignidad, fueron algo increíble. Los resultados de Podemos,
que, para muchas, y también para mi, son una pequeña representación
del anhelo de lucha, igualdad, justicia y unidad (o, al menos
consenso). Y ahora Juan Carlos I decide dejar su cargo de jefe de
estado y delegarlo en su hijo, Felipe. Pues no te queda “na ni na”.
Es obvio
que, desde mi perspectiva, encuentre esta “oportunidad” como algo
memorable e histórico, no puedo ocultar que mi sonrisa asomó a toda
prisa y mis ganas de folclore me hicieron pegar más que un salto,
pero viendo como está la cosa, viendo esa pasividad, esa poca
conciencia de clase (se que no todxs somos así pero ya nos gustaría
ser más) ese todo, la abdicación de Juan Carlos, o su muerte, eran
uno de los escasos escenarios que se nos presentaban para “sacar
algo”.
Tras la
falsa transición todo era un paquete, y ¿como no?, ese paquete
tenía tintes monárquicos... monárquicos y fascistas. No podemos
olvidar quien jugó el papel más importante en la educación del
rey, aunque, el muy campechano siempre deseara ser rey de todxs lxs
“españolxs” (o eso decía en sus entrevistas televisivas). Y que
pena, que aceptamos el paquete y aun tiramos de el.
El
monarca no solo ha sido calificado de campechano, digamos que sus
líos amorosos salieron un pelín a la luz y que sus cacerías de
elefantes o la imputación de su hija y su yerno por delito fiscal y
blanqueo no han dejado relucir la mejor cara de la corona... Esto ha
conseguido calar en bastante gente, tanto viaje y tanta tontería ha
hecho que, parte de la gente menos concienciada, se pasara a la
tricolor, zona en la que estábamos ya todas esas esas personas que
seguimos defendiendo ese poder popular y esa recuperación histórica
que aun sigue en cunetas.
Con tal
panorama se convocan concentraciones en todo el Estado. Granada se
encuentra con más de 5.000 personas en la calle, primero en la Plaza
del Carmen y después en una manifestación desde esta hasta el
Triunfo.
Creo que
es importante destacar la cuantía de gasolina que gastó la policía
ayer en la capital, desde las cinco de la tarde no pararon de
circular por toda la ciudad y describieron a más de una persona que
llevaba la tricolor en camiseta, bolso, pegatina... tan vez eran
bombas y no lo sabemos...
Pues
bien, lleno total y mucha euforia. Llegamos a Triunfo y nos topamos
con la bandera rojigualda, grande, inmensa. Es cierto que esa bandera
lleva años colgada. Pero también es cierto que la gente ya no puede
más, paro, desahucios, cortes de suministros básicos, recortes en
becas, cuantías cero, expulsiones de la universidad por motivos
económicos, recortes en sanidad, despidos por doquier, justicia
cero, recortes en nuestras libertades y represión entre otras muchas
calamidades rellenan nuestro día a día a base de palos. No se culpa
a ningún banquero, a ningún empresario, a ningún político de
estos que nos recortan... no, a ellxs no se les criminaliza, pero,
hoy, en Granada, están buscando a las personas que ayer bajaron la
rojigualda y subieron la republicana.
No es
tolerable esta represión, los detenidos de la huelga general del 14
de noviembre de 2012, el 20 de noviembre de este año, dos años de
cárcel por una patada ficticia o tres y un día por un piquete...
más la represión económica que deja en banca rota muchos
movimientos sociales... ¿por cuanto nos va a salir el ultraje a la
bandera y por cuanto un referéndum que de pie a una tercera
república?
Algunas imágenes del 2 de Junio en Granada:
Concentración en la Plaza del Carmen:
Manifestación por Gran Vía:
La llegada a Triunfo: