Tras
decir que este verano acudiría al 30º Campamento Internacional de
Jóvenes
revolucionari@s se han desatado un sin fin de comentarios entre mis
amigxs de toda la vida, si ya de por si era denominada como
terrorista por acudir a manifestaciones, piquetes y demás ahora paso
a ser la persona más valiente vista por los alrededores.
Nunca
entenderé estos cambios de opinión, no soy terrorista, obviamente,
pero tampoco soy valiente por manifestar mis ideales y reivindicar
mis derechos, se trata de concienciación.
Es
verdad que puede dar miedo enfrentarse a situaciones extremas como
las que se pueden dar un cualquier actividad anteriormente citada
pero la idea con la que se hace no es esa. El echo de acudir a una
manifestación no se ve motivado por generar “camorra” con
policía, antidisturbios o grupos con diferentes ideas políticas,
nos manifestamos por algo que creemos justo, por algo que nos
pertenece y de lo que nos quieren privar. No aceptamos que nos roben
y se rían en nuestra cara, no aceptamos agachar la cabeza y
permanecer en silencio, para nosotrxs, ese no es el camino.
Es
cierto que en este Estado nos encontramos bastante lejos de un
estallido social, y no precisamente por la falta de ganas de personas
como yo, la pasividad ante la disminución de derechos conquistados
con sangre de aquellxs que lucharon por nuestro presente es la que
merma las ansias de revelarse ante lo establecido o lo que nos
quieren establecer.
En
una sociedad en la que el orden lo dicta el capital y el poder no nos
queda otra solución que la desobediencia civil.
Grecia,
Turquía, Brasil, Egipto... revueltas populares que buscan mantener y
aumentar los derechos de lxs proletarixs, acabar con las élites,
derrocar al poder y al capital. Sin embargo, no oirás nada bueno de
estos pueblos en la televisión que tanto adoras, los medios te
pintarán estas revueltas como cuatro o cinto terroristas antisistema
que quieren acabar con el magnifico orden del país mientras te
llenan la cabeza de realitis y partidos de fútbol.
Pero
debemos hacer caso a lo que nos dice la televisión, la gente que
defiende sus derechos son terroristas, etarras, locxs antisistema,
radicales... todo para que no apartes la mirada y no trates bajo
ningún concepto de interesarte por los diferentes movimientos
sociales, sus causas, sus propósitos...
En
este último curso hemos podido observar una mayor concienciación
(no la suficiente, pero si algo más considerable) de jóvenes y
mayores. Hemos salido a la calle y no tenemos miedo... No somos
valientes, no somos heroínas o héroes, somos personas que luchamos
por lo que nos pertenece, el camino es largo y muchxs no veremos el
final pero merece la pena intentarlo, merece la pena luchar.
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