Hoy la
extrema derecha y su afinidad religiosa han dado un pasito más para
entrar en nuestras casa, en nuestras camas, en nuestros cuerpos y en
nuestros coños. Un paso más para decidir sobre nuestras propias
decisiones. Para imponernos su idea de familia. Un paso más para
empotrarnos contra las cuerdas y seguir apretando.
Usan
la demagogia para criminalizar a aquellas que gritamos que nuestro
cuerpo es solo nuestro, nos dicen que asesinamos “niñxs” que aun
no son nada, y, no contentxs solo con esto, nos hablan de capacidades
diversas cuando ellxs mismxs dejan en total desamparo a las personas
que sufren cualquier tipo discapacidad y a sus familias. Nos insultan
por defender, una vez más, algo que nos pertenece, algo que es
nuestro y solo nuestro.
Nos
dejan a merced de abortos clandestinos, a nosotras, a las mujeres de
clase obrera, a las que no podemos pagarnos un aborto en el
extranjero. Nos vuelven a relegar a un puesto más bajo en función
de nuestro sexo, un sexo que deberá actuar según dictan las leyes
católicas y peperas y del estado español.
La
natalidad aumentará, eso es algo evidente, las muertes durante el
aborto también, ¿como no?, pero las calles se teñirán de violeta
una vez más. Si entran en nuestros coños nosotras entraremos donde
sea necesario para gritaros una vez más a la cara que: MI CUERPO ES
MIO Y NO SE TOCA!
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