martes, 3 de junio de 2014

Juan Carlos abdica y Granada reprime.

             ¿Cuantas veces hemos repetido eso de “el miedo va a cambiar de bando”? Y ¿quien nos iba a decir que la cosa venía tan rápida?

             Nos encontramos en medio de un panorama con fechas más que sonadas, con fechas que ya han hecho historia. Cada huelga y cada lucha sindical ha marcado el devenir de este 2014, las marchas a Madrid, donde más de dos millones de personas inundamos las calles como símbolo de fuerza y dignidad, fueron algo increíble. Los resultados de Podemos, que, para muchas, y también para mi, son una pequeña representación del anhelo de lucha, igualdad, justicia y unidad (o, al menos consenso). Y ahora Juan Carlos I decide dejar su cargo de jefe de estado y delegarlo en su hijo, Felipe. Pues no te queda “na ni na”.

              Es obvio que, desde mi perspectiva, encuentre esta “oportunidad” como algo memorable e histórico, no puedo ocultar que mi sonrisa asomó a toda prisa y mis ganas de folclore me hicieron pegar más que un salto, pero viendo como está la cosa, viendo esa pasividad, esa poca conciencia de clase (se que no todxs somos así pero ya nos gustaría ser más) ese todo, la abdicación de Juan Carlos, o su muerte, eran uno de los escasos escenarios que se nos presentaban para “sacar algo”.

             Tras la falsa transición todo era un paquete, y ¿como no?, ese paquete tenía tintes monárquicos... monárquicos y fascistas. No podemos olvidar quien jugó el papel más importante en la educación del rey, aunque, el muy campechano siempre deseara ser rey de todxs lxs “españolxs” (o eso decía en sus entrevistas televisivas). Y que pena, que aceptamos el paquete y aun tiramos de el.

            El monarca no solo ha sido calificado de campechano, digamos que sus líos amorosos salieron un pelín a la luz y que sus cacerías de elefantes o la imputación de su hija y su yerno por delito fiscal y blanqueo no han dejado relucir la mejor cara de la corona... Esto ha conseguido calar en bastante gente, tanto viaje y tanta tontería ha hecho que, parte de la gente menos concienciada, se pasara a la tricolor, zona en la que estábamos ya todas esas esas personas que seguimos defendiendo ese poder popular y esa recuperación histórica que aun sigue en cunetas.

             Con tal panorama se convocan concentraciones en todo el Estado. Granada se encuentra con más de 5.000 personas en la calle, primero en la Plaza del Carmen y después en una manifestación desde esta hasta el Triunfo.

              Creo que es importante destacar la cuantía de gasolina que gastó la policía ayer en la capital, desde las cinco de la tarde no pararon de circular por toda la ciudad y describieron a más de una persona que llevaba la tricolor en camiseta, bolso, pegatina... tan vez eran bombas y no lo sabemos...

             Pues bien, lleno total y mucha euforia. Llegamos a Triunfo y nos topamos con la bandera rojigualda, grande, inmensa. Es cierto que esa bandera lleva años colgada. Pero también es cierto que la gente ya no puede más, paro, desahucios, cortes de suministros básicos, recortes en becas, cuantías cero, expulsiones de la universidad por motivos económicos, recortes en sanidad, despidos por doquier, justicia cero, recortes en nuestras libertades y represión entre otras muchas calamidades rellenan nuestro día a día a base de palos. No se culpa a ningún banquero, a ningún empresario, a ningún político de estos que nos recortan... no, a ellxs no se les criminaliza, pero, hoy, en Granada, están buscando a las personas que ayer bajaron la rojigualda y subieron la republicana.

             No es tolerable esta represión, los detenidos de la huelga general del 14 de noviembre de 2012, el 20 de noviembre de este año, dos años de cárcel por una patada ficticia o tres y un día por un piquete... más la represión económica que deja en banca rota muchos movimientos sociales... ¿por cuanto nos va a salir el ultraje a la bandera y por cuanto un referéndum que de pie a una tercera república? 

Algunas imágenes del 2 de Junio en Granada: 
 
 Concentración en la Plaza del Carmen: 




 Manifestación por Gran Vía:




La llegada a Triunfo: 




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