Cada día me sorprende más el
crecimiento de la exclusión social desde edades muy tempranas, lxs
niñxs comienzan a ser excluidos o aceptados por el sistema cuando
aún no alcanzan ni siquiera los 5 años.
Al entrar en el sistema educativo
comienzan las etiquetas que te acompañarán y predeterminarán de
por vida, pues bien, aquí es cuando se comienza “a ver” quien
será “útil” para este sistema y quien no, pero no creas que
dependerá de tu capacidad, méritos, facultades... para nada, esta
escusa llegará cuando pasen unos años, ahora mismo, te etiquetarán
en función de lo que aparentes tu familia y tu, de tu dirección, tu
ropa, tu pelo... incluso, hasta tu nombre. Esta primera imagen que
das al sistema educativo “se entiende” que es lo que eres y serás
en el futuro.
Pero ¿como se “fabrica” a estxs
niñxs?
Todo empieza con sus familias...
1º El pueblo o ciudad crea un barrio,
generalmente, a las afueras, en el que construye viviendas de
protección oficial, es decir, viviendas accesibles para familias con
una renta media baja.
2º El barrio no tendrá cerca
comercios, colegios, talleres...
3º Se crearán barreras
arquitectónicas (tranvías, raíles, autovías...) que harán que la
distancia entre el barrio y el núcleo de la ciudad aumente.
4º Se comenzará a tratar como un
barrio marginal en el que “no hay otra salida que la droga o el
trapicheo”.
Y así es como, poquito a poco, se
comienza a crear un gueto.
Lxs niñxs crecerán aisladxs del
resto, al llegar al colegio esta separación se seguirá extendiendo,
y de forma sutil, cada niñx “aprenderá” cuales son sus
posibilidades. Pero esto no es solo cuestión de que aprenderá en la
escuela, hay muchos más agentes involucrados. Por un lado están los
medios de comunicación, esos que cuidan hasta el más mínimo
detalle para hacernos creer lo que el sistema quiere que creamos. Una
educación informal que no llegará al barrio y en la que el
ayuntamiento no hará mucho inca pie para que llegue. Un fácil
acceso a droga y trapicheos. Controles policiales “de pegatina”...
En conclusión, el sistema no quiere
una clase media baja cualificada y con posibilidades, y para ello, se
esmera muy mucho en crear estos guetos en los que se amontonarán
familias con bajos ingresos, etnias minoritarias, inmigrantes... lo
que “no interesa”.
Y es por ello que la clave para cambiar
esto es la educación, una educación que ha de liberar al individuo,
que ha de hacer que este amplíe más y más sus posibilidades y
crezca.